Mazda llega a las nueve décadas de vida y como muchos otros fabricantes, el emblema que los identifica se va adaptando al inevitable paso de los años.
Desde 1936 hasta la actualidad se recuerdan un total de seis logos, dos de ellos recurriendo a la simpleza de exponer el nombre de la compañía en una fuente llamativa.
Junto al primero se creó también un símbolo de la compañía, inspirado en aquel que representa a su tierra natal, Hiroshima. Se trata de una “M” triple, cada una con su respectivo significado: “Mazda as a Motor Manufacturer”.
En 1959 se le dio pasó a otra “M” más convencional y con una apariencia menos clásica, celebrando de cierta forma la incursión al segmento de los autos de pasajeros.
Su distintivo más recordado apareció en 1975 y lo llevaron millones de coches que ya empezaban a hacer su aparición en varios mercados del continente americano. Tal como aquellas letras aparecidas en 1936, las de 1975 se limitaban a mostrar el nombre de la marca con un estilo acorde a la época.
Para 1992 vehículos como el 626 de entonces o el sedán 929 ya portaban una insignia redonda que acompañó a millones de autos en dicha década, antes de que su efímera existencia se esfumara en los recuerdos con la llegada del actual logo de Mazda, que, por cierto, resulta casi atemporal.
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